Tiempo variable
Nunca hice planes para ser quien soy, para llegar a ser el que soy ahora; en muchos momentos de mi vida tomé un camino u otro entre todos los que se me ofrecían, sin saber exactamente porqué, quizás porque ese camino tiraba de mi con fuerza, quizás porque yo mismo era ese camino, porque ese camino era el espejo en el que me veía reflejado: el camino era yo y yo era el camino y ambos compartíamos la misma esencial identidad. Al caminar por esa ruta, la ruta me convertía en lo que era y yo hacía que esa ruta tuviera todas las señas que la definían y no otras.
Hay hombres que dicen haberse hecho a si mismos, que trazaron un plan y lo siguieron con toda su fuerza y voluntad para llegar a la meta que se propusieron. Estos hombres se convirtieron a si mismos en su meta, se identificaron con ella. Pero aún en estos casos, y sin que ellos fueran conscientes, el destino jugó sus cartas, las pequeñas casualidades, las circunstancias cambiantes enredando y ramificándose, introduciendo esos pequeños matices que a lo largo de trayecto hacen que aterricemos a miles de kilómetros del lugar al que pensábamos ir.
Luego, cuando ya eres viejo lo piensas: ¿Y si aquel lunes de sol y nubes no hubiera cruzado ese avión sobre nuestro cielo?
Máximo González Granados
