El lunes, 30 de marzo, dentro del ciclo «Lunes literarios», tendrá lugar en el café Zalacaín (c/ Enrique Villar, 13, 30008 Murcia) un recital de la poetisa argentina afincada en Almería Graciela Zárate.
Graciela Zárate Carrió nace en Buenos Aires, Argentina. Estudia Escenografía y Vestuario Teatral en la Universidad de El Salvador. En 1985 emigra a España, donde reside hasta la fecha y comienza a escribir poesía. Ha trabajado en compañías de teatro tanto públicas como privadas y en festivales de cine, en el CDN (Centro Dramático Nacional) y el Teatro Real de Madrid entre otros.
En marzo de 2012 se retira a Aguadulce, provincia de Almería, donde escribe a lo largo de un año un poemario autobiográfico en tiempo real sobre su propio desahucio, A contraluz de embargo, editado por Lastura en febrero de 2014, que va ya por su segunda edición. Ha publicado pomas en la revista Álora – La bien cercada y colaborado en diferentes blogs. Ha dado recitales a lo largo de la geografía española y en Buenos Aires (Argentina), tanto a nivel privado como institucional. Participa en la Antología Amor se escribe sin sangre de Lastura, que reúne a 23 poetas contra la violencia machista y acaba de presentarse en Madrid el pasado mes de marzo.
Os dejamos un poema para que os animéis a conocerla y os esperamos el lunes en el café Zalacaín.
«Lobo ¿está?»
Juguemos en el bosque
mientras el lobo no está.
Canción popular.
He venido hasta aquí para verte la cara
he vuelto a la meseta para ver cómo miras.
Recorrí cien kilómetros seis veces,
atravesé con luna hasta de día
y ni el viento explosivo
pudo limpiarme el miedo.
Una máquina enorme iba abriendo la ruta
no supe qué quitaba
si la nieve o mi pena.
He llegado por fin para verte la cara.
He venido y me has dicho,
detrás de ese escritorio
del juzgado civil número cien,
qué día mi morada será ya mi pasado
qué día seré intrusa en esa casa
o una vil delincuente si franqueo su puerta.
Ahora tengo fecha,
sé a partir de qué luz
quedarán apresadas las risas de mis hijos
las patitas del perro sonando en el parquet
aún de muerto,
los gemidos de amor que di a quien desamo
y mi recién pasado, mis treinta, mis cuarenta
hincados en ladrillos ya de nadie,
esperando a que lleguen
para poder partir.
Yo me llevé unas cajas y el recuerdo,
el corazón latente de rincones,
pero no fui capaz
de arrancar del estuco
la vida que se asía a las paredes.
Cuando cambien la llave
y después de esperarse años vacía,
habite otra familia con su historia,
risas, perros, terrores;
un gran perfume a crimen y pasado
invadirá la casa como viva denuncia.
Un humo azul oscuro
soltarán las paredes
y un huracán furioso saldrá por las ventanas.
Graciela Zárate Carrió.
De A contraluz de embargo – Editorial Lastura. Febrero, 2014.