«Su protagonista es un hombre grande, profundo y por eso mismo, común y anodino que cumple todos los ingredientes para ser un héroe escondido. Todo va girando en torno a él pero en el curso de la historia que nos va contando Lucía aparecen personajes en los que nos deleitamos y de los que la autora consigue que lleguemos a enamorarnos (entre comillas, claro): Mica Beatriz, Rosa… (Descripciones minuciosas, auténticas fotografías que consiguen sentir en toda su intensidad cada lugar, cada sitio, cada suceso)
De la mano de la autora regresamos a la infancia y al “tiempo sin tiempo del niño” que decía Cernuda. De su lectura aprendemos que, en definitiva, todos somos el niño que fuimos. Y en el curso del relato vamos contemplando trozos de nosotros mismos: una vida hecha de sueños grandes pero también de miedos y sinsabores. Desde el inolvidable
amor adolescente hasta la penuria de la desidia.
Es una novela escrita por una mujer que ha conseguido disfrazarse de hombre, meterse dentro de un alma masculina con eficacia, con la misma maestría con la que Gala narra desde la voz de una mujer (porque conoce como nadie a la mujer); algo que yo veo realmente novedoso al menos en la Literatura castellana: entre las escritoras contemporáneas (desde el grupo de Laforet, Salisach, Martín Gaite, Matute… hasta las actuales y exitosas Echevarría o Grandes) no recuerdo ninguna mujer que narre desde la voz de un hombre, con la dificultad que ello entraña. Y eso, sin lugar a dudas, es todo un mérito»
Presentado por José Manuel Sánchez del Águila
El Forense: Editorial Desembarco