Hay que correr mucho cuando tienes casi treinta años y la realidad te persigue en forma de padres jubilados que insisten en que te busques de una vez un trabajo y formes una familia. Si además vives en la periferia napolitana, siempre a punto de explotar, la carrera se vuelve un carrusel febril en el que se suceden toda suerte de personajes grotescos, desde curas que predican trabajo duro y vida sana, hasta diseñadores de cementerios. Con una realidad así no parece descabellado apuntarse a una aventura esotérica en busca de la energía inmensa que yace en el subsuelo de la ciudad, en el Cuerpo de Nápoles. ¿Y si ahí estuviera la respuesta a todo? Porque los jóvenes protagonistas de esta novela, ebrios de literatura y de filosofía, repudian el presente y buscan la plenitud de la verdadera vida a lo Rimbaud. Pero la realidad no es un enemigo fácil.
