Lo primero, unas palabras de disculpa. No soy lector de autoediciones o ediciones gestionadas o patrocinadas por los propios escritores. Mi médico me lo tiene prohibido. Asimismo no me suelen sentar bien los cuentos o relatos cortos. Se me hace la boca agua y, cuando los voy a empezar a degustar o me hago con los personajes, fin.
Aunque parezca algo contradictorio, los textos breves me producen una pereza inmensa. Una pereza en razón inversa a la extensión de dichos relatos. Es por ello que no suelo hacer críticas de estos libros. Salvo obras muy especiales. Como especial fue la colección de siete relatos “El peluquero de Dios”, de Antonio Crespo Massieu. Como asimismo especial fue el libro de cuentos “Los que rugen”, de Care Santos.
O como algo más que especial que es la colección de quince relatos “200 gramos de literatura” de los escritores murcianos Pedro García Martínez y Antonio Pérez Abril. Espero que sepáis perdonar mi desidia, queridos autores.
Me ha asombrado la categoría de los relatos que componen esta obra y que, si no fuera porque en ella se indica que la autoría es de dos escritores de la huerta murciana, yo hubiera pensado en la calidad y homogeneidad dada al libro por un solo escritor.
A Pedro y Antonio se les presumen tablas en el arte de juntar palabras y saber a dónde llegar. Sus cuentos son perfectos de medida y mantienen esa expectación que ha de tener toda obra breve resolviendo su trama en las últimas palabras. Y es que no hay uno de relleno, cosa habitual en este tipo de recopilaciones. Y la homogeneidad estructural de todos ellos, muy pareja, se refleja en los temas tratados y que, creo, reflejan muy bien la problemática de unos seres jóvenes en un enclave tan claustrofóbico como es el de los pequeños pueblos perdidos en las mesetas o montes de España.
Lágrimas de barro es un buen comienzo inicial y una buena carta de presentación de las amarguras y melancolías de las infancias perdidas. Gris de Payne es un buen espejo de las consecuencias extremas a que pueden llegar los escritores de autoedición en su ánimo de colocar la obra a toda costa. Make my day es el monólogo de un perdedor de la vida en un “viaje de trabajo” asi como Bajada a los infiernos es un homenaje al primer encuentro con la gran ciudad. En Mi hermano Alberto se rinde un claro recuerdo a Miguel Delibes y a una de sus más carismáticas obras como lo es el tributo a Poe en el negro cuento gótico que cierra la obra, El coleccionista de bolígrafos rojos. Necesidad de huir de las vidas es una vuelta a las soledades de los pequeños pueblos, Domingo de zapatos tristes es esa misma soledad y tristeza que nos aborda de jóvenes y el salto a la maduración…
Y así hasta quince espléndidos cuentos que nos dejan un poso de amargura y sentimiento dentro de una perfecta prosa literaria. Sinceramente creo que la inclusión de algún relato de humor hubiera roto la unidad temática y social que refleja la obra en su totalidad por lo que su selección me parece perfecta y sin uno solo que sobre o desentone con los restantes.
Pedro García Martínez, nacido en 1977, es diplomado en enfermaría. Ha colaborado en revistas culturales tales como Zenobia o La Tercia y en periódicos como El Noroeste o la Cadena Ser. Recibió el Premio Murciajoven 2006 habiendo publicado anteriormente el libro Pecados de juventud” (Editorial Regional de Murcia, 2006). Actualmente reside en Valencia.
Antonio Pérez Abril nació en Bullas, donde siempre ha residido. De profesión técnico de laboratorio, descubrió hace poco su afición a las letras y se matriculó en Filología Hispánica en la UNED. Es un asiduo de los blogs literarios, tales como librosylibretas.com o culturajos.blogspot. En el año 2010 recibió de la Diputación de Badajoz el premio Fomento de la lectura.
A Pedro y Antonio les une el amor por las gafas de sol, una buena cerveza y la literatura.
200 gramos de literatura es uno de los mejores libros de relatos que he leído en mi vida y que aúna el amor por la literatura de dos valiosos jóvenes con mucho futuro en el panorama de las letras de este país.
Librería de Javier
Gracias Luisa por difundirlo, son jóvenes, desconocidos, y muy buenos escritores, (que Javier no regala las notas a nadie) y encima de Murcia ¿que más quieres?