El maestro de Petersburgo. Por Brisne


«Le da la impresión de que es un precio enorme el que ha de pagar. Le pagan muchísimo dinero por escribir libros, dijo la niña, repitiendo lo que había odio al niño muerto. Lo que ninguno de los dos alcanzó a decir fue que a cambio había de entregar su alma.»

En el maestro de Petersburgo, Coetzee nos enseña a un Dostoievski que vuelve desde Dresde, dónde había emigrado acosado por las deudas, a Petersburgo, ciudad dónde residía su recién muerto hijastro.

Es un recorrido por la ciudad y las vivencias de Pavel, se aloja en la misma casa, mantiene una aventura con la casera y conoce al grupo revolucionario al que pertenecía.

En un principio da la impresión que el amor y la preocupación por su hijo fueron extraordinarias, pero luego nos damos cuenta de la distancia existente entre ambos. Una distancia que quizá sea inevitable entre padres e hijos. La narración de la distancia es magnífica. Es más el hijo le odiaba, cosa no tan infrecuente como quizá nos imaginamos.

El Dostoievski ficticio que nos presenta reflexiona sobre cuestiones nada literarias, el amor a las jovencitas, que rechaza aunque siente, la sociedad rusa, tan llena de hambre y revolución como lo estuvo entonces y su propio amor a la escritura. Una escritura que se torna valiente al final de la novela cuando descubre que para escribir hay que deja el alma en cada folio. Es curioso el final -lo que más me ha gustado de la novela- empieza a escribir cuando termina. Es un viaje hacia el infierno para despertar justo entonces, cuando el sabor a hiel llena sus escritos y supongo que seguirá lenándolos en un futuro.

Me ha sorprendido Coetzee, al que no conocía, y miren me ha gustado mucho. No he sentido que fuese durísimo de leer, pero quizá es que era mi momento para leerlo. No dudo que volveré a meterme en páginas escritas por este sudáficano que ganó el Nobel no hace mucho. Y a propósito de la escritura… ¿Se puede escribir sin dejar el alma en cada escrito? Parece que sí, pero no. Tampoco lo sé, si mi oficio fuese escribir quizá tendría más clara la respuesta. Como no lo es me quedo con la duda, y ustedes ¿qué creen?

Respondan o no… pero piénsenlo.

Brisne
Blog de la autora.

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