Acabo de leer el libro recién estrenado “Diario de Jesús Neira. El hombre que dijo basta”.Como he escrito ya en varias ocasiones, he tenido la oportunidad de compartir tertulia radiofónica semanal con Jesús durante unos 3 años. Hecho éste que me ha dado la ocasión de conocer personalmente a una gran persona y, como es obvio, su recuperación me ocupa con especial interés.
Acerca de Jesús se ha escrito mucho con relación a su valiente y hermoso acto. Acto, para nada sorprendente para aquellos que lo conocemos, más al contrario, acto éste que cuando me cupo duda de identidad acerca del autor de la hazaña, me sirvió para saber, no suponer, que era ese Jesús Neira y no otro posible Jesús Neira el que la llevo a cabo.
Pues bien, como comentaba al principio de este artículo, en este libro se describe, por cierto muy bellamente, la evolución de la salud de Jesús, la evolución en su ánimo, la manifestación de voluntad y en definitiva la epopeya diaria de Jesús. Seguir el hilo conductor del libro nos hace pasar suavemente de la batalla por la violencia de género a la batalla de la voluntad.
Jesús ya ha recobrado el conocimiento, ya ha vuelto a su ser de analista político fino, ya sabemos que se encuentra en plenas facultades para observar la realidad de un modo extremadamente inteligente, ya conocemos que está en plenitud de conciencia para plantearse su propio transcender y ahora se encuentra librando la batalla de la voluntad. Voluntad necesaria para volver a la normalidad de una vida cotidiana y poder así disfrutar de las verdaderamente grandes cosas de la vida: la amistad, la familia, la vocación, etc. Tampoco nos sorprende que esta batalla la esté librando con entereza, porque conocemos su talla, su envergadura, su empeño para llevar a cabo las acciones necesarias para ganar la batalla y sobre todo conocemos su grandeza de espíritu para agradecer y saber que la suerte de vivir ha de ser apreciada, como bien indica él en este libro.
En un momento como este, cuando la cultura de la muerte se está imponiendo desde los poderes públicos, esta lección acerca de apreciar la vida, por el mero hecho de ser vida, es otra magnífica lección que nos dan Jesús e Isabel.
Inmaculada Sánchez Ramos
Colaboradora de esta Web en la sección «Con sentido Critico».