Muertos de miedo
No hay vacuna posible contra la inyección masiva de miedo en el ser humano. Todos los medios de comunicación, todos a una, están procurándonos una dosis diaria que puede llegar a ser letal, porque, según cuenta mi querido Eduardo Punset, el ser humano es el único capaz de generar peligros en su mente sin que existan en realidad, aparte de los que ya nos agobian realmente.
No digo que la Gripe A no existe, no, tampoco que no tenga riesgo, pero no más que la de una gripe normal de las que pasamos cada año, incluso varias veces. Algunos la pasan sin síntomas, otros con más o menos síntomas, leves o molestos y a otros directamente se los lleva por delante. Son muchos los condicionantes que diferencian la enfermedad de un paciente a otro.
Todo el personal sanitario sabe que en los hospitales se brea a diario con bichos mucho más peligrosos que se fortalecen, mutan y atacan sin salir del centro hospitalario. De hecho, el mayor peligro de ingreso en un hospital son las infecciones posteriores que terminan por complicar cualquier patología.
Pero lo que no queremos ver, es más, nos negamos a reconocer, es que la vida corre peligro en cada paso, que hay cientos de patógenos rodeandonos incluso pegados a nuestra piel esperando cualquier brecha en nuestra superficie protectora para iniciar una invasión. Y alguien debería decir, aunque no guste, que el ciclo vital de un ser humano es igual al de cualquier ser vivo, es decir: nacer, crecer, reproducirse y morir. Sí, has leído bien: MORIR.
Prevención, sin duda. Toda la que haga falta. Higiene y cuidados sin dilación y bien aprendidos desde pequeños. Menos pastillas y mejor comida, menos alcohol o drogas y más ejercicio, y por encima de todo, meterse en la cama y descansar cuando el cuerpo lo esta pidiendo a gritos. Después, el miedo necesario, prudente y protector.
Sería triste terminar perfectamente vacunados y abatidos o muertos de miedo colectivo.
La primera vacuna que hay que ponerse cada mañana es la que nos prevenga contra el miedo, directo en vena, que nos inyectan cada día sin compasión desde las redes o la caja tonta.
Brujapiruja
04/09/2009
*En el 2022 todo esto se puede aplicar a el covid y sus variantes, la viruela del mono y otro sin fin de bichejos patógenos que pululan en nuestro entorno.
Estoy contigo; sin duda.
Si, todos sin hablarnos, ni besarnos, ni tocarnos, como si ese fuera el único bichito peligroso.
Para que luego te caiga una teja en cualquier esquina.
Saludos
🙂