Un escritor escribe en primer lugar para sí mismo. Diréis: -Que tontería, o quizá: -Que egoísta. Puede ser.
Con esto, no digo que el escritor no piense en sus hipotéticos lectores, no, ni mucho menos, ya que el fin que persigue todo escritor es dar a conocer su obra al mayor número de lectores como sea posible. Quiero decir que escribe para sí mismo, en el sentido de que siempre podrá mejorar sus escritos, y así, con el aprendizaje adquirido a través de sus errores, mejorará cada vez más como escritor.
Poco le importa al escritor con oficio las opiniones de los críticos literarios, no escribe para ellos, escribe para él mismo, y para sus lectores.
Para un escritor, la opinión de sus lectores es la que realmente le importa, en cuanto le ayude a mejorar sus errores.
Un escritor nunca piensa que su nueva obra es una joya literaria, por mucho que se lo digan, y la alaben, sino pensará que ésta siempre pudiera haber sido mejorable. Ahí es donde radica el oficio de un escritor.
Podrá crear infinidades de obras pésimas, lo más seguro que así sea, pero pensando y actuando de esta manera llegarán los resultados y, aun así, nunca estará satisfecho con ellos, y seguirá buscando la mejoría de sus escritos.
Andy García
No hay que olvidar el lado vanidoso de los escritores, aunque es verdad que escribir para aprender con humildad es imprescindible para avanzar.
Buena reflexión, Andy.
Gracias. Saludos.
Excelente artículo. Si uno no se exige, no avanza. Pero en la escritura y en la vida en general.