A un perro abandonado. Por Juan A Galisteo (Galeote)

Con ojos tristes, miraba abandonado,
tal vez sediento de cariño, un perro;
quizá, queriendo descubrir su dueño,
en mi persona, con calor humano.

Movió la cola con celoso empeño,
me dio su pata, que cogí en mi mano,
y huyó en silencio, perdido y cansado
por la vereda, triste en su destierro.


Juan A Galisteo (Galeote)
del blog del autor

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