A veces, quisiera ser un niño,
que me levanten del suelo si me caigo,
me curen las heridas
y me compren un helado.
Llenarme de nata los bigotes,
saludar a las cometas
y perseguir a los gatos.
Llorar cuando me duela,
reír en el espejo
y, si me apuran, hasta tirarme pedos.
A veces,
quisiera ser un niño,
quitarme los zapatos
y, si me aprietan,
hasta tirarlos.
A veces,
quisiera ser un niño,
probar el azúcar con los dedos,
trepar a los árboles sin miedo,
aunque me rompa las piernas,
aunque me quede sin premio.
Texto y foto: Mercedes Martín Alfaya
(www.tallerliterario.net)
Me encanta como escribes, guapa.
Felicidades.