¿De este acuerdo sin firma a pie de página
quién de nosotros sacará partido?
Me seguirás mintiendo
y con esos tequieros
que ayer eran cosquillas a tu gato
remendarás sin pena los pedazos
de la amante que has roto.
Me veré en el espejo
con mi cara de amiga recién inaugurada
camuflando verdades
y bajo la flamante sonrisa sin rencores
bullirán cicatrices.
Fingiré… ya no importa
que me hayas arrancado mi forma de quererte,
porque me dejas ésta,
a juego con tu vida,
como un sillón gastado y confortable.
¡Qué placentero rito el que me ofreces!
Enredarme en el tiempo de tu ovillo
con las uñas limadas. Y tú, a salvo.
Lo siento, no me basta.
(Y aun así –¡qué vergüenza!–me conformo).
Mari Cruz Agüera
Qué hermosura… Y qué bien explicas esa relación frustrante a la que a veces uno se somete…