Aprendí a coser las cicatrices con sonrisas,
A parar de jugar al Tetris con las fotos de lo pasado.
Deje de huir de tu presencia,
No cerré las puertas con llaves, candados, cerrojos y contraseñas.
No arrojé las llaves al río.
Abolí la dictadura del Alzhéimer instaurada en el latido,
Deje de encontrarte en las caladas de lo prohibido,
de beberte en el fondo de las copas de vino.
Aprendí a coser las cicatrices con sonrisas,
A parar de jugar al Tetris con las fotos de lo pasado.
Deje de huir de tu presencia,
No cerré las puertas con llaves, candados, cerrojos y contraseñas.
No arrojé las llaves al río.
Abolí la dictadura del Alzhéimer instaurada en el latido,
Deje de encontrarte en las caladas de lo prohibido,
de beberte en el fondo de las copas de vino.
Sané a mi dolor de bulimia y a mi ego de victicismo.
Los deseos y el presente se anudaron acabando su lucha en tablas,agotados.
Perdone a mi alma por lo que nunca había cometido,
Olga del Pino
Blog de la autora