Vuelvo a cruzar la línea
y clavo mi bandera en la cima más alta
de la fosa más alta.
Puedo ser invencible algunas veces.
La vida es una opción, por eso elijo
exponerme a las bombas de una guerra doméstica.
Aquí silban las balas igual que algunos labios,
y pasan, enigmáticas,
sobre la ubicuidad de mi cabeza.
Cruzo ciego y valiente, derrotado
tan solo por aquellos que me aman.
Agito mi cerveza,
veo cuerpos que arrastran con la boca
el himno del adiós,
pero no estoy aquí;
la realidad tropieza con mi ejército
y se queda a las puertas de su propio designio.
Puedo ser invencible algunas veces.
Y aunque tú me dispares
desde la oscuridad de las trincheras,
voy a seguir cruzando.
Puede parecer triste
y sin embargo
ha salvado mi vida tantas veces.
Hace tiempo que nadie puede verme
reptando hacia la luz,
como un soldado exánime,
con la bandera oscura-mente blanca
que pone entre mis sienes tu recuerdo.
Luis Oroz
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