Amor eterno. Por Juan A Galisteo (Galeote)

Hoy te recuerdo,
jamás pensé que un día
te recordara,
como hoy te recuerdo.
Tal fue mi asombro,
que descubrí tu sonrisa,
soñé en tu cuerpo,
como se vive soñando,
pero despierto.
Así, yo soñé contigo
en mi silencio,
así, yo arranqué en mi vida
la vida misma,
de amor, de celos;
besé con pasión tus ojos
y tu boca con mil besos,
sintiendo el calor profundo
del sentimiento.
Hoy te recuerdo
y se me nubla
mi pensamiento;
es uno solo,
que da mi aliento,
que fortalece
mi amor eterno.
Anoche, cuando las sombras
inspiraban al silencio,
sentí tus manos sedosas
acariciando mi pecho.
Sentí, que unos labios rojos
incitaban con sus besos,
los suspiros amorosos
de otros tiempos.
¡Cuánta ilusión por vivir!
¡cuánta pasión!
¡cuánto anhelo!
expresaban al mirar
aquellos ojos sinceros.
Y tus sonrisas sensuales
de pasión, amor y afecto,
me sacudían el alma
desde fuera y hacia adentro.
Más comprendí, cuán absurdo
era mi comportamiento,
lloré, quizá al recordar,
la locura a mis deseos.

 Juan A Galisteo (Galeote)
Del libro Café Boulevard
ISBN: 84-96009-94-7

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