Aquellas carreras. Por Pilar Gorricho

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Aquellas carreras

Quise ser pierna a mil por hora
en un asfalto de filigrana
enrojecido por las virutas y los esputos.
Hijos reconocidos del
asfalto

en el pecho  de la alcantarilla somos.
Adoré al dios de la cafeína y del galope
de cien pulsaciones por minuto, para seguir,

para no parar nunca de lamer

el cordel grumoso de la adrenalina.

Soslayé a la desnudez del espejo

pues una media luna tatuada en los párpados

me delató como gentil

hija de lo mediocre.
Para verme como ellos,

entregados a la pulcritud compacta

del almidón y reseña diplomática de las vísceras del lunes.

Con sus desnudos retos
de marquesinas sin lluvia. De frenéticos

selfis, de pardas ventanas con teclas,

del «me gusta» todo y nada, de los nervios

feroces de los jamases.
Amé tanto las metáforas, el canto de las flores

de mi ombligo, el coleccionismo de los recodos

donde se peinan los «quizás».
Acallé al dolor del abismo buceando los corales

negros del capricho.

La transpiración callada y agreste de lo sucio

deslizó su tarde sobre mis nubes deshechas.
Quise tanto ser como todos:
arrastrar las estaciones sobre sus marcas
dando una vida propia al calambre del estómago.
Y en el pescuezo escocía la sal

perdida en las efímeras puñaladas de lo rotundo.
La gente claudica a menudo y se para en seco

en el borde donde viven aquellos que aguantan.

Y por un momento quise ser como ellos

(como los otros),

sentarme a esperar

quién sabe qué

y, tras otro café,

corrí delante de quién sabe qué

quizás de mí misma.

Pilar Gorricho

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Pilar Gorricho del Castillo, nació en Logroño (La Rioja ) España el día diez de marzo de 1961. Poeta clásica en sus composiciones ha editado tres poemarios y participado en diversas antologías clásicas y de verso libre. Los retazos de mi alma es su primer poemario en Girasoles de asfalto combina el verso clásico con la rima blanca o libre. Y el vacío de los plenilunios todo escrito en verso libre. Cuenta con diversos reconocimientos poéticos. Escribe por satisfacción personal y según sus propia frase: “ No escribo poesía para vivir, la escribo para no morir”.

5 comentarios:

  1. Magnífico nuevamente Pilar. Intensamente descrito el ritmo frenético a que nos sometemos sin saborear esas pausas que el día a día nos ofrece.
    La próxima vez que tome café, rememoraré estas letras, y en vez de apresurarme a quién sabe qué, pediré una segunda taza e intentaré saborear de nuevo tus profundas metáforas en una cálida pausa.

    Un abrazo.

  2. Este mundo deshumanizado al que nos sometemos sin pararnos a pensar ni a sentir, refuerza la dura sospecha de que la huida es de nosotros mismos.

    Como siempre, grande, Pilar.

  3. ¿Quién nos marcó ese destino del eterno escapar de uno mismo sin saber adónde, para ser como ellos, para querer tanto como todos, para parar al borde del abismo, para sentir el vértigo y la adrenalina de la existencia?
    Buen poema, Pilar, la de las medialunas tatuadas bajo la mirada, que seguro que es dulce, a pesar de todo, porque sigues amando las metáforas y el canto de las flores…
    Enhorabuena. Y gracias.

  4. Elena Marqués

    Toda una imagen, compacta, firme y dura, es este poema que nos empuja a la reflexión o a la huida.
    Un gran abrazo.

  5. María del Pilar Gorricho

    Muchas gracias a tod@s por tener la gentileza de leer y comentar. Sois muy amables y os lo agradezco de todo corazón.Besos

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