Recuerdo la iglesia y aquel camposanto,
cuando comenzaba a declinar el día;
mi alma, una angustia de pena sufría,
llena de tristeza, de dolor y llanto.
*
Al ronco murmullo, casi por encanto,
enlazando ruegos, rezos y porfía,
desde el gran silencio de la lejanía,
un trémulo coro cruzó el sacrosanto.
*
Ni el bello arco iris con su hermoso velo,
ni el precioso prisma de una celosía,
llegó a despertar en mí tanto anhelo,
como aquel sublime rayo de alegría,
que desde la iglesia huyó para el cielo,
anunciando el canto del «Ave María»
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Autor: Juan A. Galisteo Luque
Fotografía del autor: La Virgen de Umbe
Derechos registrados en Safe Creative
Un bello recuerdo para un bello momento.
Las palabras y el ritmo me traen sensación de paz, hermoso poema, gracias por compartirlo.
Betty
Al igual que a Betty, tu poema me ha transmitido sensación de paz. Me has puesto muy fácil cerrar los ojos y dejarme invadir por cada nota de esa melodía.
Gracias. Un abrazo.
Sí, en cierto modo esa era la intención de éste poema; mencionar y recordar el canto del «Ave María» junto a la belleza y la armonía de sus notas.
Muchas gracias a las tres por vuestros comentarios. Un envío un abrazo Juan.