Estaba empezando a llover
como el día que te conocí,
en aquel portal nos cobijamos,
te miré y te sonreí.
Empezamos a salir desde aquel día
y parecías a mi lado feliz,
pero tu amor sin darme cuenta
se apagaba,
y no sentías nada por mí.
Me hacías sufrir y me dabas la espalda,
yo te pregunté por qué.
Me enteré por tus amigos
que con otra tu salías
y hasta ese día no me di cuenta
de que ya no me querías.
Para saber si era verdad
intenté hablar contigo
y salió de tus labios
un adiós infinito.
Virginia Martín.
Poemas de toda una vida