Cuando acabe todo lo que conocemos,
y el todo sea la nada perdida en la nada,
la soledad disuelta en cenizas,
el vacío intangible de la no existencia.
Cuando ya no tenga sentido la vida,
ni el poder, ni el más fuerte, ni el futuro, ni el éxito.
Y nos quede tan solo un instante fugaz
en el que aferrarnos a lo que más queremos
y apretarlo tan fuerte contra nuestro pecho
que apenas quede espacio para ese frío suspiro
que nos arranca el alma y hace dulce la muerte.
Cuando acabe todo lo que conocemos,
quedaremos tú y yo para siempre
y un amor eterno.
Teriri