Cuando soplas en mi alma. Por Salvador Pliego

Niña de la sonrisa mar, azucena despierta:
estalla un tricolor suspiro en mi alma y se escapa.
Cuídate de mí si hoy me enamoro.
Defiéndete de mí si hoy no te toco.

Novia del amor y las campanas
tocando despertares, bruñendo inalterables odas
en nóveles gemidos.
¡Qué vientos del amor!
¡Qué prórrogas de los latidos!

Tus cálidas caricias son jirones en mi pecho.
¡Ah, lúcida palabra de amapola,
canto virgen que gira un mapamundi!
Tú soplas el carmín sobre mi ceño.

Cada vez me abres el alma
con la greda y con tu boca,
como un ángel que levita
y en la carne se fragmenta.
¡Ah, voz de entraña y de madera!
¡Cúspide del sueño y de los vientos!

Niña mar, dama lisura,
perdiz del tiempo entre seseos:
¡Cuídate de mí porque tu boca!
¡Cuídate de mi alma si te toca!
¡Ah!…
¡Cuídate de mí cuando te beso
que puedo acariciarte como el cielo!

Salvador Pliego
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