Distante, misteriosa, la mirada escondida,
así en la triste tarde te alejas sin saber
que con tu paso tallas un lugar en mi vida,
que he puesto a cada noche tu rostro de mujer.
Un aire de fogata se acerca a tu mejilla
y piensas que se queman los leños de un hogar,
ni sabe tu inocencia que yo aquí en mi buhardilla
ardo como una brasa sin dejar de desear.
Y seguiré pensando cómo será mecerte,
o en mis manos dormirte como una flor inerte,
o anillarte en mis brazos sin dejarte partir.
Y así todas las tardes mis ojos te desnudan,
esperando en la noche que las sombran acudan
para llevarte al sueño de mi amargo dormir.
Marcelo Galliano
Imagen:“The mood” de Vladimir Volegov (Óleo sobre lienzo, medidas 92 x 73)
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