Vivo por una decisión política,
por una imprevisión de nueve meses,
y soy un español desde ese instante.
Ser español requiere un compromiso
que nadie ha descifrado hasta la fecha;
un español el tiempo suficiente
para saber que aquí lo más difícil
es no volverse loco hasta muy tarde.
Viviendo se conocen muchas cosas.
Algunas envejecen de repente
la forma de abrocharte la camisa.
Yo soy un español poquito a poco.
Después de trabajar durante años
logré que me tomaran por inútil.
No doy mi poesía en las tertulias
ni cedo la razón por convivencia.
Prefiero que la gente me interrumpa
leyendo endecasílabos ajenos
y no cruzarme nunca con un arma.
Uno las colas de los boquerones
las tardes que no sirvo para mucho,
y me llevo muy bien con los congéneres
que sueñan con mi muerte por contrato.
Aprendo cuanto puedo de mi abuela
ahora que la cuido de sí misma.
Entierro y desentierro diariamente
las ganas de cambiarme de trabajo,
los juegos que inventé cuando era niño,
el beso que olvidé sobre una rama.
Hoy sufro hasta que doy con la manera
de ser de otro país de vez en cuando.
Yo soy un español como los otros:
aspiro a ser vulgar muy pocos días
y sólo me conforta equivocarme
si llego a fin de mes como un extraño.
Yo soy un español por prescripción
facultativa. España es como es:
a veces un paraguas que no abre,
a veces un invierno en la maleta.
He visto que en España la chapuza
es, más que tradición, su propia historia.
He visto a casi todas las familias
llevar diariamente sangre al banco.
Y he visto avergonzarse a quien se esfuerza.
Respetado español de los de ahora,
pasión sobreseída: ponte en pie
y vuelve a convencerte de ti mismo.
Cambiaste la salud por democracia.
Cayeron una noche tus idiomas
al último cajón de la mesilla,
y apenas eres hoy un decimal
de un número tan largo como el odio.
Este país es toda una sorpresa:
con el sudor fatal de tu talento
te ganarás el hambre cualquier año.
Español, contagiosa incertidumbre,
mala hierba que crece en la península:
aprende a practicar tus convicciones,
aprende de la mar en el naufragio,
y a no ser español sino persona.
Aarón García Peña
Me puso los vellos de punta cuando se lo oí recitar por primera vez, y ha vuelto a ponérmelos ahora. Magnífico poema, GRANDE poeta Aarón García Peña.
Indiscutiblemente eres el poeta español de hoy que viene de lejos proyectado hacia el futuro!
Gracias Aarón,crece pero no cambies!
Supongo que estos son los españoles que merece la pena conocer. Esos que son capaces de aprende de su abuela y también de la Historia y de su historia. Y aprender que por encima de todo se es persona sin colores ni banderas.
Me costó llegar hasta aquí, pero llegué.
Mis felicitaciones por tu poesía.
Un placer descubrirla.