«… ¿Por qué no paras? Todos muertos violentamente fuimos, y hasta el último instante pecadores; la luz del cielo entonces nos dio juicio y, arrepentidos, perdonando, fuera salimos de la vida en paz con Dios, y el deseo de verle nos aflige.» Y yo: «Por más que mire vuestros rostros no os reconozco: mas si deseáis algo que pueda hacer, buenos espíritus, decídmelo y lo haré, por esa paz que, detrás de los pasos de mi guía, de mundo en mundo buscar se me hace.» Y uno repuso: «Todos nos fiamos de tus bondades sin que nos lo jures, si es que tu voluntad no es impedida.
»Por lo que yo que hablé antes que los otros, te ruego, que si ves esa comarca que está entre la Romaña y la de Carlos, que de tus ruegos me hagas cortesía en Fano, y que por mi bien se suplique, y las graves ofensas purgar pueda. Allí nací, mas los profundos huecos por los que huyó la sangre en que vivía, en tierras de Antenor me fueron hechos, donde estar confiaba más seguro: que lo mandó el de Este, pues me odiaba más de lo que el derecho lo permite…»
Extracto de La Divina Comedia
Dante Alighieri
El juicio final
excrementos de buitres
sobre cadáveres mutilados
que hablan de un pasado
un pasado cercano
picotean las cuencas de los ojos fríos
que el impío maldijo
picotean las bocas exentas de lenguas
que el verdugo amputó
picotean los brazos desmembrados
que el furtivo voló
picotean los despojos consumidos por ratas
que el enemigo quebró
los buitres son más nobles que los hombres
alimentados de horror
los cadáveres se alzan al son de cítara y arpa
sonidos rotos de un barco lejano
recortados en la taberna blanca
llega la bruma que los cubre y los reclama
los cadáveres sin ojos, sin lengua, sin piernas ni brazos
se arrastran
pedazos de carne maloliente
que marchan hacia la noche larga
los excrementos de los buitres se disuelven
dan paso a crisálidas
parientes de la guadaña y el tiempo
parientes del lodo eterno que los traga
muerte
almas
Anna Genovés
26/10/2012
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