El Ocaso. Por Juan A. Galisteo Luque

El Ocaso. Por Juan A. Galisteo Luque

EL OCASO

Su luz misteriosa resplandeció en la tarde,
cuando el Sol se escondía llevando mi consuelo;
nada más contemplarla sentí pasión y anhelo,
unido a una tristeza de la que no hice alarde.
*
Allí, muy pensativo, como llama que arde,
gocé de esa grandeza que me ofrecía el cielo;
más tarde, en un instante, sucumbí con su velo,
y solo en la penumbra, me sentí más cobarde.
*
Grandioso atardecer, tu abrazo me ilumina,
por eso escribiré los versos más hermosos,
junto al azul del mar, el viento y la neblina.
*
No pretendáis por tanto convencer a mis ojos,
que es la Tierra quién gira, avanza y se declina,
frente a un Sol, astro-rey, de besos primorosos.

 

Juan A. Galisteo Luque

Del poemario: Versos y paisajes
Derechos registrados y fotografía del autor

 

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