El tiempo
Sobre el espacio sin nombre y sin fin,
late más allá el tiempo.
El tiempo corre libre,
se escapa sobre el horizonte
sin miedo,
perseguido por el antiguo
corcel del universo.
Las Furias que formaron los segundos
ignoran las ansias de las cosas
con que habitamos los cielos
al poner nombre a las estrellas.
Sonidos, notas siderales,
ecos consonantes de la bóveda celeste,
ninguno turba el destino,
ni nubla con rimas inútiles
la voluntad obsesa de los siglos,
siempre anhelantes de una línea
a la que aspirar por encima del infinito.
Cuando la frontera final
de la materia curiosa
la haga regresar hacia su vientre,
o los hilos del espacio se rompan
para acabar con su huida sin sentido,
permanecerá el paso seguro,
la música dilatada y rítmica
de la arena de ese reloj sin término.