Esa lágrima que atraviesa tu cara. Por Verónica Victoria Romero Reyes

Verónica Victoria Romero Reyes

Esa lágrima que atraviesa tu cara
– que nace y cae dócil y sin margen-
es el desgarro sin cura de mi alma.

Podrás limpiarla con el embuste de la puñeta,
disimularla en el lacrimal con buen hacer
o distraerla con la yema de tu índice.

Pero la he visto caer y horadar y, en su recorrido,
no me vino a decir más que nunca pude evitarla
porque, atareada fielmente en amarte,
– tan ciega-
nunca pude entender que tú temblabas
al enfilar la cuerda que a todos nos balancea.

Fue mi presunción verte fortaleza en cada fibra
y ornarte entre laureles de divinidad;
craso y peligroso error no vislumbrar que tus alas
encerraban la magia de un ser humano completo.

Esa lágrima que atraviesa tu cara
y que tú te afanas en ocultar es la muestra,
manifiesta,
de mi incompetencia de corazón,
mi periplo despistado de tumulto sin turbulencia
y mi ansia de encumbrarte entre mil laureles.

Pero si caes, yo no voy a ofrecer la cuerda
que te arrastre,
con poca fuerza mía, a tierra firme.

Yo voy a bajar contigo,
hasta que tú decidas subir,
hasta que esa lágrima que atraviesa tu cara
no sea más que el cuaderno de aprendizaje
donde borras y pules nueva caligrafía.

Esa lágrima que atraviesa tu cara
pronto será agua en la manga mía.


Verónica Victoria Romero Reyes
Blog de la autora
De tu voz la travesura.
Derechos registrados
.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *