Escepticismo
Una sola palabra.
Nací cuando el sol seca la espesura
bajo la protección del agua.
Preguntándome
por qué los pájaros nacen sin nombre.
Hay un camino fatuo al zapato
y la torpe longitud de su huida.
Una sola palabra suya hubiese bastado
para sanarme.
Pero los espejos son mudos
cuando palidecen ante el convulso tallo.
He heredado la respuesta y unos pocos vocablos:
ven, haz, recoge, quita.
Nadie me habló de amor,
hasta que la herida,
garganta inútil al antojo de las edades,
mostró del árbol su fuste hecho añicos.
Y no olvidaré jamás
que los silencios son esquirlas
donde se fragua el escepticismo,
ese arañazo de por vida
en la boca misma del camino.
Pilar Gorricho
Pilar siempre nos conmueve, en este caso con su cuerdo escepticismo. «Una sola palabra suya hubiese bastado para sanarme». La ausencia de una sola palabra construye o destruye toda una vida.
Un gran abrazo.
No hay nada tan yermo como una palabra no nacida.
Como siempre Pilar, transmitiéndonos a golpe de sentimiento.
Un gran abrazo.
Somos palabra, no lo sé. Quizás. Las palabras construyen, pero también destruyen y hacen daño. El silencio es tan cómplice como ellas. Sin embargo, como a don Miguel, es el único consuelo que nos queda para sobrevivirnos.
Muchos besos, Pilar. Eres una poeta grande y diferente.
Muchas gracias mis queridas amigas. Sois tan amables que me emociona sobremanera.Besos para todas.