Escribir un poema es mirarse hacia adentro,
es llamar a las cosas por mi nombre:
al perro y a la silla, al mendrugo y al árbol,
al alma, a los dolores, a los acantilados.
Escribir un poema es hablar en silencio,
es buscar la armonía:
la del pez que va abriendo mil surcos en el agua,
la del ave que rompe la mañana,
la del beso que flota junto a un rostro de piedra.
Escribir un poema,
desnudarse por dentro como el mar se desnuda,
implicarse en olvidos como el viento se implica,
empaparse en palabras
como se empapa el sueño de las moscas.
Escribir un poema,
atravesar la luz con los ojos cerrados,
crear un universo de certidumbre y dudas,
llorar a plena risa
hasta que mane sangre entre los dedos.
Escribir un poema,
elemental visión de la existencia.
© Juan Ballester
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Siempre en nuestro recuerdo.