Llego hasta vos, de loca primavera
tengo sembrada el alma y el camino,
voy a amarrar mi verso a tu ribera
y embriagar con tu nombre mi destino.
Y al verme allí me arrancará tu boca
las palabras ocultas que aun no he escrito
y en tu decir florecerá la roca
y estará vivo lo que fue marchito.
Y será amor, así, tan… tan sencillo
que a veces pensarás que es poca cosa:
un jazmín tembloroso y amarillo,
o una rosa que no parece rosa,
oruga gris y nunca mariposa,
o una luna escondida en un visillo.
¡Qué estupendo soneto! Me gusta.