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Y todo lo compone la cavidad de un cuenco:
oxígeno, calor,
espacio tolerante, entrega: vida.
Ignorada a sí misma sobrevive,
y crece como el humo y el futuro.
Vasta como un imperio inmensurable,
la extrema insensatez
del tiempo en su largura hasta lo eterno,
crece insensible, crece
y en su extensión creciendo se consume.
Todo tuvo importancia y riesgo y caos,
Nada es la consecuencia
y Todo es pasajero,
si lo que fue caudal será vacío,
allí donde hubo un nombre apenas habrá un hueco,
que todo acaba en un recuerdo triste
que acaba en melancólico recuerdo,
en leve,
en nada,
nada: la cavidad de un cuenco.
José Clemente Lara
Ganador del V Certamen «Poemas sin Rostro» 2009-2010
Voz de Pilar Pecci
Me encanta. hay una cosa que recuerdo con ternura.
mi abuelo me decía: tenemos un cuenco natural, las manos.
si ese cuenco lo llenas todos los días, con comida, agua, unos reales, los besos de tus hijos, los pechos de tu amada, el calor del …sol o de un buen fuego… poco más necesitas… 🙂