Clavado al silencio de la cruz de un mundo,
estabas, Señor, solo en tu agonía,
esperando humilde que el albor del día
cubriera de alivio tanto mal inmundo.
*
Ni tu muerte cruenta, segundo a segundo,
pudo refrenar tanta tiranía;
la maldad, la infamia y el odio crecía,
mientras se acentuaba tu dolor profundo.
*
Cansados tus ojos por tanta ironía,
y, ante las espinas de una rosa roja,
tu mano entreabierta, desclavada y fría,
ya el fruto maldito del árbol despoja,
mientras desde el cielo, con gran osadía,
cruzaba el abismo del mar tu congoja.
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Juan Antonio Galisteo Luque
Blog del autor
Del poemario: Romances en la penumbra
Fotografía del autor: Parque de Gijón
Safe creative: código 1203281382646
En un mundo en el que: ambición,ansia de poder, egoismo, despotismo y crueldad nos amenazan cada día, encontrarme con tu poema me ha supuesto una pausa necesaria y fértil a la reflexión.
Lóbregas y certeras oraciones que zarandean la conciencia. Aunque nos duela y por muy optimista que un@ sea, este mundo se desvela como Cruz no sólamente ante Dios sino ante su mismo símbolo.
Gracias. Un abrazo.
Bellísimo y profundo, Juan. En muy pocos versos nos introduces, como apunta Amelia Chaves, en una necesaria y fértil reflexión.
La semilla del dolor y del sacrificio es convulsa, conflictiva y se extiende en el tiempo del hombre como si la misma esperanza de su brotar fuera inútil y yerma. Sin embargo, solo del Amor puede crearse más Amor y mantengo vivo el deseo de que esa semilla está comenzando a florecer en los corazones humanos; aunque los resultados sean tan a largo plazo y la maldad siga campando a sus anchas.
Un beso enorme, mi Querido Gran Poeta 😉
¡Qué más os podría decir! Muchísimas gracias a las dos por vuestros comentarios; Os envío un fuerte abrazo. Juan
Soneto profundo, armonioso y espiritual, un placer leerlo.
Abrazos
Betty
Muchas gracias por tu comentario Betty. Te envío otro abrazo, poeta