La luz que te pido. Por María José Martí López

 

Templo, luz dentro de la palabra,

regeneras el alma a cada pulso,

en pétreo muro resonancia

mecida en aire viejo y profundo.

Nunca hueco interior: siempre sentido

bajo la cúpula amplia de la fe,

donde reside el pan de la memoria

y la justicia instruye, centinela.

Donde la atrocidad no halla cabida,

ni residuo, ni excusa en ti,

que buscas en quien te busca:

madre, refugio, te pido…

Que des sentido a mi vida,

que distingas por mí,

toda oscuridad en su grado variable,

tendiendo tu mano clara en mi penumbra.

Y allí, mirando adentro,

completes, descubras,

seas testigo fiel y parte y claridad

contra la ocultación del raciocinio.

Te pido en esta búsqueda,

tan lejos de algún dios,

una Justicia manuscrita y torturada

en las hojas de la historia de los hombres.

Buscándote huérfana de madre voy,

moviendo tierra, sombras y desastres,

llamando a cada piedra de tus muros,

temblando como hoja sobre el aire.

Desesperadamente,

confuso el pensamiento y preguntando:

-¿Adónde me dirijo, Luz, sin ti?

¡Te busco!

en la levedad de ser; donde no eres.

Te encuentro en el sol que amanece,

en la vida que nace, en la mano

que acoge, en la voz que consuela

o en la aguja que sana.

No en quien suplica Justicia sin verte,

sin entender que no estás entre sus muros,

sus cruces de oro y su sagrado

cetro de acomodada piedad.

¿Pero y si eres…

la senda que cruza el pantano,

el viento que abre la puerta,

el río que torna a su cauce?

¿Y si eres, palabra, otra cosa que no Luz,

resumen, ensayo, sentencia pura

del Dios creado por los hijos de la Nada?

 

 María José Martí López

La luz que te pido

5 comentarios:

  1. Majomar, desearía que todas las palabras del mundo estuviesen tan repletas de luz y de belleza como las tuyas. Enhorabuena por tu profundidad. Un beso.

  2. A menudo me pregunto si la duda no es la única certeza del ser humano.

    Cuántos nombres para la fe, cuántos nombres para la luz y la verdad en esa búsqueda inherente casi al ser ..

    Majomar compañera, un abrazo entre líneas tan profundas.

  3. El poema es a veces oración, siempre búsqueda, un grito interrogante que choca con el silencio. Pero en todo momento sentimos esa necesidad, de dios o de justicia, que nos impulsa a sentarnos y escribirlo. Quizás esa sea la respuesta.
    Conmovedor, certero, personal y, a la vez, universal tu poema.
    Gracias por compartirlo.

  4. Es verdad que parece una oración. Gracias a vosotras por estar aquí, en este instante que pasará muy pronto, compartiendo sin condiciones la búsqueda de la conciencia, puliendo y cincelando como auténticas escultoras, el significado y el sentido de cada palabra y frase. Quiero seguir aprendiendo todo lo que me quede de vida ese arte… (Unos cuarenta y tantos años más, por lo menos).

  5. Unos cuarenta y tantos años más, y ojalá sigamos haciéndonos preguntas y atesorando instantes en busca de esa luz. Hermoso, Majomar.

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