No me llaméis poeta; me resulta molesto,
sé cuáles son mis límites para hablaros del mundo;
en recursos y giros nunca abundé, ni abundo,
incluso algunas veces ni yo sé lo que he puesto.
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No me llaméis poeta… soy algo más modesto:
soñador de mareas, de vivir al segundo
las gestas imposibles de un héroe vagabundo,
la protesta que enfrenta un porvenir impuesto.
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Un poeta es quien sangra en albo pergamino,
el cronista de un beso, de un amor clandestino,
sufridor de delirios a jornada completa;
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Por eso os rogaría que tengáis un respeto
a los grandes del verso, y con este soneto
os pido amablemente…¡no me llaméis poeta!
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Segismundo Fernández (SEGIS)
Es verdad, Segis, no te llamaré poeta. Tienes razón, un respeto: «Poetazo».
Un beso.
poetazo…pero aún, y por siempre, en la categoría de aprendiz… pero gracias por el ánimo, da fuerzas para seguir! un abrazo!
No es por llevarte la contraria, pero te salen los versos solos, a la vez que respiras. Y encima son buenos
Clara, he sido testigo de su proceso creativo. Mientras hablaba con un amigo y me decía que Segis es capaz de hacer un soneto en un rincón, nos hizo uno y luego nos lo leyó.
No seas modesto…
Muchos besiños.
aysss que me vais a sacar los colores…bueno, en blanco y negro saldré mejor en las fotos jeje…abrazos!
Un poeta que teme ser llamado poeta es comparable a ese rubor de algunas lunas plenas y luminosas que, lejos de perder encanto nos maravillan desde lo alto .
No hay nube ni púrpura ni velo, que pueda disimular un prodigio, si acaso, hacernos anhelar que se nos muestre en toda su fuerza y esplendor.
Así que, amigo mio, no intentes que no te llamemos poeta, y abandónate para nuestra suerte a tu maestría, con el nombre que merece.