Encuentro un arco iris auto pintándose en medio de la lluvia,
el paso ligero de una eléctrica sonrisa,
los violines corriendo con sus melodías de levante;
más cerca de ti, una perfecta sincronía de ilusiones.
Encuentro que estás, que llueves tus sonrisas,
y yo chapoteo con los ojos la humedad del entusiasmo.
Encuentro que has caído en aguaceros a mi vida
y te quedas salpicando, gota a gota, todavía.
Encuentro que repartes tus caricias con las mías,
y que te amo…
Y un diluvio interminable me remoja de alegría.
Salvador Pliego
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