Lumen de inocencia
2 de febrero de 2015
Porque fui niña
de pensamientos acartonados,
ignorantes culpas del sentir, víctimas
de otras víctimas
poseyeron los negros corceles del sol
entrelazando lo irreal de las vírgenes aperturas
—esperanzas alargadas al despiste de la abstracción—.
Confusa inocencia castrada de muerte
regresa al oro estigmatizado de los años.
Apiádate, mundo, del sentir insensato
en la urna de esta carencia
donde dormitan las novelas de los días sin mancha.
La bifurcación mesiánica de hacerse mayor
abraza infinitas muestras quebradas al riesgo.
Todo es tropiezo ahora que me reconozco
servil al calor de la sangre deshecha,
inmóvil a la duda de vivir en caliente,
roca otoñal en el gigantesco aliento de la sombra.
Pues fui niña de eternas posibilidades
y las medias lunas de uñas impasibles al dolor
arañaron mis noches,
amanezco herida a la vertiginosa sorpresa de la vida.
Un candil de dudosa permanencia
me persigue desde entonces.
Pilar Gorricho
Hay tantas cosas en tu poesía Pilar… Tanta melancolía de la inocencia, de los pasos felices por inconscientes quizás. La libertad. Al otro lado como observadora la poeta, la adulta, conocedora del golpe de la realidad y el despertar, con el anhelo del sueño primitivo de donde fue arrojada.
Melancolía que sobrecoge y salva. Que duele hasta ser creadora. Y que emociona al lector.
Un abrazo enorme. Gracias.
Cuando se llega a ser «roca otoñal en el gigantesco aliento de la sombra» (me encanta este verso), la «vertiginosa sorpresa de la vida» se acepta más mansamente.
Un poema espectacular y vivo. Como siempre en ti.
Cuesta vivir y pesa la vida. Desgarradora existencia y estremecedores versos.
Muchas gracias por vuestros gentiles comentarios a mi poema.Os agradezco de todo corazón que me leáis y os detengáis a comentarlo.Un abrazo fuerte y solidario