Lunes. Por Carmen M. Camacho

LUNES

 

Te he soñado,

ya de día,

a las diez y cuarto:

estábamos en un bar de mugre oscura contra la luz del domingo,

olor a salmuera,

gentes de vuelta de algún mercadillo.

Nos invitamos a subir,

sin pagar.

Y arriba,

sentado en el taburete negro,

tocaste de forma nueva mi cuerpo

y la sangre con las que tú me sueñas.

A lo lejos,

el sonido metálico del futbolín. Del despertador.

 

Lunes

 

Carmen M. Camacho

 

 

 

 

 

Carmen M. Camacho

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