Meteoro
Primera idea millonaria:
me voy a volver coleccionista
de quejas irónicas,
hay tantas:
la del sujeto que vive maldiciendo
que la calle tenga una alfombra orgánica
o inorgánica
(o ambas),
pero se compra una ñoñería,
o una grasa en la tienda
y como «no pasa nada si lo hace»
manda a la envoltura a reposar en el suelo;
la de la señora que se queja de la «inmoralidad
y promiscuidad ajena»
cuando tiene un amante,
un amigo con derechos
y un esposo
que no necesariamente
son la misma persona;
la del padre de familia
que odia la guerra,
pero educa a su hijo
para que la provoque;
la de la joven
que quiere su beca estudiantil
para gastarla en perderla
y luego va a la marcha
y grita «la educación es la solución»;
la del joven que dice que está cansado
de ser el sostén de la casa
y el punto de partida de una relación,
pero luego si la chica trabaja
y le dice «te quiero»
un traductor que tiene fallas
le asegura que en el idioma de ellos
el «te quiero» que dicen ellas
significa «soy un objeto,
puedes hacerme lo que quieras»;
la de la madre de familia
que jura desear ver junto a su hijo
la plenitud del cuelo
y después con el motor del auto
le arroja más ollín al techo de la Tierra;
o la de los hombres y mujeres
que han descubierto la solución que hay
en no quejarse por lo que uno hace
pero se quejan de los que no la encontraron;
peor aún: la queja de los que no hacen
nada para mejorar
y critican a los que tampoco lo hacen.
Segunda idea millonaria:
escribiré poemas
para que, cuando junte
muchas quejas irónicas de todo tipo,
recuerde que yo también tengo las mías
pero no están para que las contemple
y tome el té con ellas mientras charlamos de política
o cultura vial y sociedad
sino para que al escribir poemas
sea como si subiera al planeta
en un trampolín,
le diera impulso
y le ayudara a sentirse libre y feliz
y el aire, ya impregado de lo mismo,
se lo transmitiera a los habitantes;
yo escribo porque es mi forma de prolongar
lo más posible el desastre,
porque siento que la intolerancia
podría ser ese meteoro que impacte el orbe
y lo desaparezca
y que yo respetando a todos, escribiendo
e invitando a otros a escribir y respetar
ayudo más a disminuir el poder del meteoro
que simplemente quejándome, porque,
de seguir así,
inevitablemente chocará contra la Tierra.
Chalico
En mí ha impactado tu meteoro.
Un abrazo.