Pienso a veces en los sitios opacos del recuerdo,
donde se cruzan las estaciones
inertes de tus labios rojos
y los años en que fuimos
indiferentes al olvido.
Esas noches que le robaban al día lo legendario,
en medio de molinos holandeses
y cuadros de Rembrandt,
donde los relojes del tiempo
vivían entre los tulipanes.
Memorias extraviadas en todos los museos,
lágrimas vertidas en las hojas
secas del otoño de mis libros.
Ojos que veían sin mirar
lo que se iba de la vida.
Recorro los canales anchos de Ámsterdam,
ahí donde mi memoria
perece en la bruma,
de países tan planos,
cuando éramos montanas.
Todo aquello permanece entre los sueños
de mi largo insomnio,
en torno del fuego
cubierto de cenizas
que un día ambos seremos.
IBEN XAVIER –
Gracias mil, Luisa. Tú tan ocupada, no sé como tienes tiempo de leer mis «cosas».
Besos – IBEN
Querido amigo, si es verdad que estoy liadisima y que echo de menos comentar más con vosotros, pero te tengo en mi punto de mira, ya lo sabes.
Un abrazo:)