Lo sé
muy bien
y no puedo
evitarlo:
ando calles
zigzagueante,
piso
duros asfaltos,
me confundo
entre el gentío,
rozo bultos
que tiemblan
veo sombras
que me persiguen.
Ahora,
que vivo
solo
y no es
delirio,
siento
un vacío
angustioso
como un sueño.
Estoy aquí
sin poder
evitarlo,
apartado
a este lado
del mundo,
como uno más
de la maldad
humana,
compadeciéndome
los días
y las noches…
Ya no puedo evitarlo…
(Josep Esteve Rico Sogorb, del libro «Estas son nuestras ruinas», Cuadernos Imposibles, Ediciones para los Amigos, Asociacion Literaria Frutos del Tiempo, 2004 Elche)