Cuando me diste tu mano de chiquilla
toda mi piel se avino a tus sabores
en mi corazón borracho de mentiras
vi despertar tus ojos soñadores.
Nos presentó la luna una mañana
que perseguía chiquillas sin recato
fue la mañana más sobria de mi vida
fueron dos besos de amantes reencarnados.
Estuve cierto de haber besado antes
el camino hasta tus pechos infinitos
estoy seguro que los mismos pechos
besaré mañana cuando tú ya te hayas ido.
Cuando vuelva a estar al borde del silencio
rodeando la vida hasta evitarla
cuando al fin tú y yo ya estemos muertos
y la luna nos emplace otra mañana.
Seremos otros dos nuevos y viejos,
jugando eternamente a enamorarnos
tú me eliges cuando yo te encierro
en la sangre con que firmo mi contrato.
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