La noche cae lentamente,
sin apuros ni tormentos,
suave como la nieve y fuerte como la misma.
Cuando la siento llegar
su tranquilidad me invade,
su tranquilidad despierta mi curiosidad más intensa y forzada.
Velas aquí y allá
aquí es mí soledad
con un papel, abundante tinta
pocas palabras dichas
y millones escritas.
Enviado por Fernando Guerrero
