Pies dorados. Por Pilar Gorricho

Pies dorados

Mis infantiles pies eran de oro,

puros frutos del vientre fecundo de la savia

en un sacro soliloquio con el ser.

Prendidos en sus minúsculas venas,

otros pasos esclavos

redujeron la posibilidad del vuelo

a los torpes desmanes de los justos.

Ignorantes al camino seco,

les pintaron dogmas obturando

toda posibilidad de hacerse vientos,

quedando a merced del chivo expiatorio.

Yo los contemplaba como se adora un templo,

lentamente, a puñaladas creativas de amor.

En mis manos eran Atlas enaltecido,

y todo lo demás,

incógnitas agazapadas a la sorpresa.

Mis pies de oro,

mis pies desiertos a lo humano

fueron encerrados a la cándida aventura

de saberse uno con el universo.

Primero de lana,

para que mis infantiles tactos

se acostumbrasen a la permuta:

tus pies a cambio de la doctrina,

tus pies a cambio de nuestros guijarros,

tus pies a cambio

de nuestro fracasado vuelo,

tus pies en nuestras manos.

Así,

hasta no reconocerlos apenas.

Ya no eran pedazos de mí misma,

carne de mi carne.

Ahora eran solo apéndices

debilitados y sucios,

encerrados de por vida

en el camino de otros pies de cuero.

Pies dorados. antigua-postal-niaos-niaa

Pilar Gorricho

Blog de la autora

pilargorricho

Pilar Gorricho del Castillo, nació en Logroño (La Rioja ) España el día diez de marzo de 1961. Poeta clásica en sus composiciones ha editado tres poemarios y participado en diversas antologías clásicas y de verso libre. Los retazos de mi alma es su primer poemario en Girasoles de asfalto combina el verso clásico con la rima blanca o libre. Y el vacío de los plenilunios todo escrito en verso libre. Cuenta con diversos reconocimientos poéticos. Escribe por satisfacción personal y según sus propia frase: “ No escribo poesía para vivir, la escribo para no morir”.

Un comentario:

  1. Elena Marqués

    No sé si tiene que ver, o es que estoy más sensible de la cuenta; pero ayer vi la película «Joy»: una mujer que tenía los pies de oro y a la que «pasos esclavos / redujeron la posibilidad del vuelo».
    Que nunca nos rompan nuestros sueños.
    Muchos besos, poeta.

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