POEMA EN GRISES
Cuando el alma se vuelve cascada de sollozos,
cuando nada nos queda sino angustia y dolor,
es porque algo se ha muerto y ha estallado en trozos,
ese algo tan frágil que llamamos amor.
Cuando un bello arco iris se tiñe de amargura
y una escala de grises lo emborrona sin más,
es cuando da comienzo la jornada más dura
porque todo a mi paso me dice que no estás.
Y ni las madrugadas, ni el café, ni el hastío
saben de igual manera que en el día de hoy,
pues no siento ya mío lo que antes fue tan mío,
ni siquiera la sombra del que fui antes soy.
Y quizá me equivoco, y lo mejor es esto:
la soledad que mata, el vacío mortal
de los que no se llevan nada más que lo puesto,
que ven en la tristeza su estado natural.
Sí… quizás me equivoque, y no sea tan malo,
puede ser que Cupido se ha olvidado de mí;
si es esto, que se apure la Parca a visitarme,
pues sé que no podría jamás vivir así,
viendo pasar los días sin orden ni provecho,
echar tanto de menos lo que nunca será,
odiar la carne muerta que me late en el pecho,
asesinar mis sueños con un triste «quizá…»
… y convertido en polvo, en recuerdo lejano,
nadie ha de saber nunca lo que sólo yo sé:
que un día como éste se me soltó la mano
de una sombra de grises a la que tanto amé.
Segismundo Fernández Tizón
Si una lamentación puede ser hermosa, si describe toda la gama de los grises que envuelven el desamor y sin embargo es luminosa y profunda…Esta lo es querido amigo.
Triste, hermoso, gris sí pero commovedor.
Enhorabuena Segis . Un abrazo fortísimo y siempre mi admiración.
A veces el poema es como ese revulsivo que nos hace expulsar lo malo fuera del cuerpo en una explosión ácida, y uno queda liberado en parte al ver su dolor fuera de sí, enmarcado en los márgenes de un folio más o menos blanco… Si por ende, los versos que surgen parecen bellos a quien tiene la suerte -buena o mala- de leerlos, el alivio se hace un poco mayor.
Gracias por tus palabras, mi buena amiga, y por ese abrazo. Pero admiración… no, eso no. Ya sabes… seguimos aprendiendo, siempre seré aprendiz, nunca poeta. Un beso, y felicidades por tu cumpleaños.
Precioso, duro pero real .. tienes una calidez exquisita para hablar sobre los sentimientos, definirlos con esa delicadeza haciendo que, hasta los más tristes y crueles, podamos verlos hermosos.
Enhorabuena Segis, me encanta. Un beso
Quisera contestar tan bello comentario
como aquel narigudo escribía a diario
bellas cartas de amor, llegando la mañana,
a su prima del alma, que él llamaba…Rossana.
Es cierto… es en el verso donde mejor se mueve
este aprendiz de vate de donde siempre llueve,
de esa tierra que vibra melancólicamente
conformando el carácter de su clima y su gente.
En fin…que no me extiendo. Vamos, vamos a ello:
me alegra que el poema os pareciese bello,
es simple catarata que hasta el cerebro ignora
pues viaja de la sangre a esa pluma traidora
que muestra las entrañas de un corazón que sufre,
restañando la herida con ungüentos de azufre.
Pero aún así y todo, ese verso que brota
es tisana calmante para mi ánima rota,
es confesión que acaso, por esconderse tanto,
queda hoy tan expuesta como quedó mi llanto;
Porque yo… ¡Un momento! Ya cuento demasiado;
el verso se emociona y os habla sin cuidado…
Quise daros las gracias y, mecánicamente,
brotaron emociones que mejor que no cuente…
Volvamos al intento…»Gracias pues, bella dama,
por haber disfrutado del corto melodrama
que fueron estos versos que, sinceros y puros,
nacieron por sí solos en momentos muy duros…»
En fin… que todo pasa. Incluso la tormenta
se va sin avisarnos, sin que nos demos cuenta.
Ese día os prometo que, sin más acrobacias,
nacerá otro poema… ¡para daros las gracias!
El gris de repente empieza a iluminarse por un extremo, a aclararse, a diluirse en amarillos y naranjas hasta que sale el sol en lontananza. Independientemente de eso, me has sonado menos gallego y más andaluz. ¿Por qué? No sé, he escuchado en ti a Béquer y Machado, una poesía clara y sentida que es a la vez canción.
Como siempre, dándonos lecciones de música y verdad.
Muchos besos desde la Sevilla de don Antonio, don Gustavo y don Segis.
Amiga Elena… el gris no tiene cabida cuando este gallego que os aprecia muchísimo a todos y cada uno de vosotros se siente arropado de esta manera… Y todavía se me hace raro -siempre se me hará raro- que alguien con tu calidad literaria y humana fuera de duda, pueda hablar de mis pequeños vástagos de tinta de esa manera tan solemne, como situándome por encima cuando la realidad es que bebo de las fuentes de quienes sí sabéis domar al genio que escribe adueñándose de nosotros sin pedir permiso…
Por cierto… que no se enteren don Gustavo Adolfo y don Antonio de lo que has dicho, o te verás en serios problemas cuando te los encuentres, porque seguro te guardan ya un lugar entre ellos, entre los grandes de Sevilla, por lo que haces y por lo que eres. Un fortísimo abrazo, mi querida amiga.