Mi último beso
fue el más dulce,
me lo dio mi amante
cuando dijo:
¡Vive tú!
Y devolví mis lágrimas
ya sin fe
al centro mismo de la duda
en la esquina de la desesperanza
donde cien mil agujas por milímetro cuadrado
pugnaban por morder mi corazón
ya helado
Y sin embargo
su primer beso sí clavó
mi vida
a sus pestañas
…¡qué mirada ingenua
y poderosa
qué infinita respuesta
sin pregunta!
Nunca quise saber por qué una vida
termina en tantas muertes
diferentes
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