La verdad es que quise
quise… ¡la quise!
como se quiere de niño cualquier cosa
con la vehemencia rota y sin vergüenza
con la rabia suelta y la razón esquiva…
la quise, te quise y… te quiero!
hasta que el sol se apague
y hiele el fuego
hasta que mi alma el último suspiro
exhale
hasta que al fin te encuentre
o me desangre
en esa nada negra y descreída
o entre en tu cielo de puntillas
con un rosario de preguntas sordas
con un silencio estridente de reproches
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