Te acuerdas cuando la noche acaba y la luz
clarea en la ventana, ¿qué decíamos?
La luz de un día más, tan nuevo y viejo.
De otro día sin gloria y sin promesas, decíamos.
Te acuerdas… qué esperábamos del sol o de la lluvia.
Qué esperábamos del cierzo o de la niebla. ¿Qué esperamos?:
noches de una ventana sin futuro.
Sin gloria y sin conquistas, qué esperamos.
Te acuerdas cuando escribíamos, qué contamos
de una rosa que muere en el jardín. O de un perro que ladra, siempre lejos.
Te acuerdas cuando vivíamos, qué vivíamos.
Dime, ¿te acuerdas mejor de cuando no vivíamos?
Amor, amor, amor, di: qué vivimos.
Amor, dime ahora, amor. Dime:
¿te acuerdas cuando todo cambió? Cuando la madrugada
se llenaba de radio, de noticias. Y esperábamos,
entonces sí esperábamos. Apretando los puños,
escondiendo la rabia, el miedo, hasta la risa.
Y después, la esperanza.
Por ellos, por los hijos, sirvió tanto silencio,
y tanta humillación, y tanto disimulo. Tanto esfuerzo.
Antes de que te olvide y que me olvides,
dime, amor: ¿aún te acuerdas
cuando ya nunca se nombraba la lucha, el sacrificio?
Como si todo hubiera venido regalado, casi
como si no hubiésemos ni aun dejado constancia
del trabajo tenaz, del día a día.
Como si no quisiéramos recordar el pasado.
¿Te acuerdas cuando se fueron los que faltan? Di, ¿te acuerdas?
Sí, te acuerdas. Se fueron y los fueron, y me acuerdo y te acuerdas.
Se fueron y vinieron, como el sol y la lluvia.
Y vinieron las bodas, y se llenó la casa de vacío y ausencia.
Y llegaron los niños y se llenó la casa nuevamente de risas, te acuerdas…
¿Te acuerdas del olvido de lo que no se olvida?
Dime, amor, si te acuerdas cuando dejó de hablarse de los tiempos de entonces;
cuando ya nunca hablábamos y tan sólo en la noche
llegaban los recuerdos. Cuando llegó el insomnio poblado de fantasmas,
de fantasmas antiguos.
El olvido se queda, cada día es más grande y se echa entre nosotros.
¿Te acuerdas cuando un día olvidaste el olvido?
Yo te hablo, ¿te acuerdas?
Te hablo todo el tiempo aunque ya no respondes.
No me importa el olvido, no me importan las sombras.
No te acuerdas, amor, pero yo sí me acuerdo. Y por eso
te hablo y te pregunto: ¿Te acuerdas, di, te acuerdas cuando…?