Ya no escriben los poetas
versos a la luna clara,
ni esculpen ya los canteros
piedras de tan magna talla…
Una legión de soldados
calmó su sed atrasada
y por sus arcos cruzaron
cadenas, yugos y espadas.
Por su mágica estructura
de construcción milenaria,
vislumbra de fantasía
a todo aquel que allí pasa,
queriendo escuchar sonidos
al vivo correr del agua.
Arriba entre los neveros
perpetuos del Guadarrama,
una cortina de tiempo
se ha perdido en la distancia,
y Segovia, allí prendida,
como una preciosa dama,
o como reina en palacio,
va esperando la llegada
de las huestes de un rey godo
que se anime a visitarla.
Ya no labran los canteros
piedra granítica magna,
como las del Acueducto,
obra pública romana…
Hoy, solo queda el vestigio
de aquella ciudad cristiana,
que fuera judía o conversa,
en la corte castellana.
Comunera con Juan Bravo,
fue defensora a la ultranza
de las leyes de Castilla,
de su reino y de sus arcas.
Y hay algo muy sorprendente,
cuando extiendes la mirada
desde arriba, en una almena,
allá, en su torre más alta;
de su palacio grandioso
a la vista no se escapa,
sola, pequeña y dormida,
se encuentra Zamarramala.
Segovia, ¡álzate al cielo
desde el mismísimo Alcázar!
¡No dejes que tus jardines
se escondan bajo tus alas!
Que está la noche tranquila
y muy pronto la mañana,
vendrá desde la Fuenfría
a calmar la sed de tu alma.
——
Juan A. Galisteo Luque
Del poemario: Versos de luz y sombras
Derechos registrados
Ya te lo he dicho, Juan, y no me cansaré de decírtelo: nadie como tú, Poeta y Caballero de Versos Andantes, para rendir homenaje a la sobriedad, elegancia y quietud del paisaje castellano. ¡Y qué razón tienes! Doña Luna sigue rielando las intenciones cristalinas de ríos, mares y lagos y parece que los poetas lo hubieran olvidado
Esta Semana Santa estuvimos viendo El Alcázar desde un ventanal privilegiado: El Romeral de San Marcos, un jardín segoviano que se me ha metido a mí en el corazón; ya os enseñaré fotitos
Besossssssss