Rua Augusta. Por Mari Cruz Agüera

Amanece otro vez y lentamente
el sol va desplazando en los tejados
los últimos vestigios de la noche;
una estrella pequeña, furtiva, despistada
quiere seguir temblando
en el oscuro fondo de mi taza.
Un sorbo y será parte de mi vida…

Yo que nada poseo distinto a mi pobreza,
ahora tengo esta luz,
esta fugaz reliquia del día ya gastado,
luciérnaga del tiempo que se posa
en el hondo portal de mis recuerdos.

Mari Cruz Agüera

Jurado del VII Certamen «Poemas sin Rostro»

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