Silueta
Ese espejo tuyo me lleva.
Esa imagen me devuelve.
Es fresco estar en ti por las mañanas.
¿De dónde naces?
¿De dónde vienes?
¿A quién otorgas tu forma preclara de contorno?
Eres la lluvia contoneada y la humedad
esmerilada de las gotas.
Tu perfil fabrica los bordes del amor,
la dermis avivada e inalcanzable que emerge con la noche.
Por tu boca navega la dulzura.
Y al morir y revivir parece que alumbras las estrellas.
Tu gentil forma atardece el corazón y lo hace espuma.
¡Es fresco estar en ti!
Tu efigie se torna mi morada
y el dibujo blanco de tu cara
es el símil del aire en mi alma.
¡Es fresco estar en ti por las mañanas!
Sobre tu estampa el hierro en dulce se proclama;
y suele ser tan dulce,
que es hoja, verde y tallo,
de una flor de azúcar y de agua.
Eres la pulpa de una luna silenciosa.
Tienes la forma del color de la solana
y un ave que saluda y luego canta.
¡Es fresco estar en ti por las mañanas!
Salvador Pliego
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