Soneto a la mujer inevitable. Por Marcelo Galliano

Buscando el mar parece estar el río,
al cielo inmenso mira la azucena,
y el ala rota que hoy flota con pena
sabe que su destino es el vacío.

Pienso en las noches si es el rumbo mío
esto de andar vagando por la arena,
con la tristeza viva a mano llena,
sin conocer más rostros que el del frío.

Le he escapado por años a las cosas
de esos dedos que siembran bellas rosas
que con su aroma enmiendan los errores.

Tarde comprendo: el fin de cada hombre
es encontrar la boca que lo nombre
y el alma que le endulce los dolores.

Asociación Canal Literatura
Marcelo Galliano
Blog del autor.

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